Camino

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sábado, 24 de diciembre de 2011

Padre Nuestro. (Benedicto XVI)

"Según el mensaje de Jesús, el hecho de que Dios sea Padre tiene para nosotros dos dimensiones: por un lado, Dios es ante todo nuestro Padre puesto que es nuestro Creador. Y, si nos ha creado, le pertenecemos: el ser como tal procede de Él y , por ello, es bueno, porque es participación de Dios.[...]
El salmo 33,15 dice en su traducción latina: "Él modeló cada corazón y comprende todas sus acciones"[...] cada hombre, individualmente y por sí mismo es querido por Dios. Él conoce a cada uno. En este sentido, en virtud de la creación, el ser humano es ya de un modo especial "hijo" de Dios. Dios es su verdadero Padre: que el hombre sea imagen de Dios es otra forma de expresar esta idea.
Esto nos lleva a la segunda dimensión de Dios como Padre. Cristo es de modo único "imagen de Dios" (cf. 2 Co 4, 4; Col 1, 15)[...] Jesús es el "Hijo" en sentido propio, es de la misma sustancia del Padre. Nos quiere acoger a todos en su ser hombre y, de este modo, en su ser Hijo, en la total pertenencia a Dios.
Así la filiación se convierte en un concepto dinámico: todavía no somos plenamente hijos de Dios, sino que hemos de llegar a serlo más mediante nuestra comunión cada vez más profunda con Cristo. Ser hijos equivale a seguir a Jesús. La palabra Padre aplicada a Dios comporta un llamamiento para nosotros: a vivir como "hijo" e "hija". "Todo lo mío es suyo", dice Jesús al Padre en la oración sacerdotal (Jn 17, 10)[...] La palabra "Padre" nos invita a vivir siendo conscientes de esto. Así se supera también el afán de la falsa emancipación que había al comienzo de la historia del pecado de la humanidad. Adán, en efecto, ante las palabras de la serpiente, quería él mismo ser dios y no necesitar más de Dios. Es evidente que "ser hijo" no significa dependencia, sino permanecer en esa relación de de amor que sustenta la existencia humana y le da sentido y grandeza.[...]hemos de ocuparnos aún de la palabra "nuestro"[...]sólo en el "nosotros" de los discípulos podemos llamar "Padre" a Dios, pues sólo en la comunión con Cristo Jesús nos convertimos verdaderamente en "hijos de Dios". Así, la palabra "nuestro" resulta muy exigente: nos exige salir del recinto cerrado de nuestro "yo". Nos exige entrar en la comunidad de los demás hijos de Dios. Nos exige aceptar al otro, a los otros, abrirles nuestros oídos y nuestro corazón [...]
Al rezar el Padrenuestro rezamos con todo nuestyro corazón, pero a la vez en comunión con toda la familia de Dios, con los vivos y con los difuntos, con personas de toda condición, cultura y raza. El Padrenuestro nos convierte en una familia más allá de todo confín.
A partir de este "nuestro" entendemos también la segunda parte de la invocación: "...que estás en el cielo". Con estas palabras no situamos a Dios Padre en una lejana galaxia, sino que afirmamos nosotros, aun teniendo padres terrenos diversos, procedemos todos de un único Padre, que es la medida y el origen de toda paternidad.[...]
La paternidad de Dios es más real que la paternidad humana, porque en última instancia nuestro ser viene de Él; porque Él nos ha pensado y querido desde la eternidad; porque es él quién nos da la auténtica, la eterna casa del Padre. Y si la paternidad terrenal separa, la celestial une: cielo significa, pues, esa otra altura de Dios de la que todos venimos y hacia la que todos debemos encaminarnos. La paternidad "en los cielos"" nos remite a ese "nosotros" más grande que supera toda frontera, derriba todos los muros y crea la paz."

miércoles, 14 de diciembre de 2011

El Dios tripersonal.

"Sabéis que en el espacio podéis moveros en tres direcciones- a la izquierda y a la derecha , hacia atrás y hacia adelante, y hacia arriba y hacia abajo. Todas las direcciones son o una de estas tres o un compromiso entre ellas;son las denominadas tres dimensiones. Y ahora fijaos en esto: si sólo utilizáis una dimensión , sólo podríais dibujar una línea recta. Si utilizáis dos, podréis dibujar una figura, por ejemplo un cuadrado. Y un cuadrado está hecho de cuatro lineas rectas. Y ahora vayamos un paso más allá . Si utilizáis las tres dimensiones, podréis construir lo que llamamos un cuerpo sólido; por ejemplo, un cubo: algo como un dado o un terrón de azúcar . Y un cubo está hecho de tres seis cuadrados.
¿Veis lo que quiero decir? Un mundo de una sola dimensión sería una linea recta. En un mundo bidimensional siguen existiendo las líneas rectas, pero muchas lineas forman una figura. En un mundo tridimensional siguen existiendo las figuras, pero muchas figuras hacen un cuerpo solido. En otras palabras, a medida que avanzamos a niveles màs reales y complicados no dejamos atrás las cosas que encontramos en los niveles más simples: seguimos teniéndolas, pero combinadas de nuevas maneras.....de maneras que no podríamos imaginar si sólo conociéramos los niveles más simples.
La visión cristiana de Dios implica el mismo principio. El nivel humano es un nivel simple y bastante vacío . En el nivel humano una persona es un ser, y dos personas son dos seres separados , del mismo modo que, en dos dimensiones(digamos en una lisa hoja de papel), un cuadrado es una figura y dos cuadrados son dos figuras separadas. En el nivel divino seguimos encontrando personalidades, pero allí las encontramos combinadas en nuevas maneras, que nosotros, como no vivimos en ese nivel, no podemos imaginar. En la dimensión de Dios, por así decirlo, encontramos un ser que es tres Personas mientras sigue siendo un Ser, del mismo modo que un cubo es seis cuadrados mientras sigue siendo un cubo. Por supuesto, nosotros no podemos concebir del todo a un Ser así, del mismo modo que, si estuviéramos de manera tal que sólo percibiéramos dos dimensiones en el espacio nunca podríamos imaginar adecuadamente un cubo.
[...] Lo que importa es ser realmente atraído por esa vida tripersonal, y eso puede empezar en cualquier momento... esta misma noche, si así lo queréis.
Lo que quiero decir es esto: un cristiano corriente se arrodilla para rezar sus oraciones. Está intentando ponerse en contacto con Dios. Pero si es cristiano sabe que lo que le está instando a rezar también s Dios: Dios por así decirlo, dentro de él. Pero también sabe que todo su conocimiento real de Dios le viene a través de Cristo, el hombre que es Dios...., que Cristo está de pie a su lado, ayudándole a rezar, rezando con él. ¿Veis lo que está ocurriendo? Dios es aquello a lo cual él está rezando, la meta que está intentando alcanzar. Dios es también lo que dentro de él le empuja, la fuerza de su motivación. Dios es también el camino o puente a lo largo del cual está siendo empujado hacia esa meta. De manera que la triple vida del Ser tripersonal está de hecho teniendo lugar en se dormitorio corriente en el que un hombre corriente está diciendo sus oraciones. Ese hombre está siendo captado por la clase de vida más alta, lo que yo llamo zoe o vida espiritual: está siendo atraído hacia Dios, por Dios, mientras que sigue siendo el mismo.[...]
Cuando se trata de conocer a Dios, la iniciativa está de su lado. Si Él no se revela, nada que podáis hacer vosotros os permitirá encontrarle. Y de hecho, Él enseña mucho más de sí mismo a algunas personas que a otras... No porque tenga favoritos, sino porque es imposible para Él mostrarse a un hombre cuya mente y carácter estén en condiciones adversas. Del mismo modo que la luz del sol, aunque no tiene favoritos, no puede reflejaras en un espejo polvoriento del mismo modo que lo haría en un espejo limpio.[...]mientras en otras ciencias los instrumentos que utilizáis son exteriores a vosotros mismos, lo instrumentos a través de los cuales veis a Dios son vuestro ser entero. Y si el ser de un hombre no se mantiene limpio y brillante, su visión de Dios será borrosa, igual que la luna vista a través de un telescopio sucio."

"Mero Cristianismo" de C.S. Lewis

domingo, 11 de diciembre de 2011

El encuentro de Madre e Hija

"La luminosidad Madre es el nombre que damos a la Luminosidad Base. Es la naturaleza fundamental e inherente de todo, que subyace a toda nuestra experiencia y que se manifiesta en la plenitud de su gloria en el momento de la muerte.
La luminosidad Hija, también llamada Luminosidad camino, es la naturaleza de nuestra mente, que, cuando nos es presentada por el maestro y reconocida por nosotros, podemos empezar a estabilizar gradualmente por medio de la meditación, e integrar cada vez más completamente en nuestros actos. Cuando la integración es completa, el reconocimiento es completo y se produce la realización.
Aunque la Luminosidad Base es nuestra naturaleza inherente y la naturaleza de todo, no la reconocemos y permanece como si estuviese oculta. Yo suelo concebir la Luminosidad Hija como una llave[...] para ayudarnos a abrir la puerta al reconocimiento de la Luminosidad Base, cuando se presenta la oportunidad.
Imaginese que ha de ir a esperar a una mujer que llega en avión: si no sabe que aspecto tiene, puede ir al aeropuerto y cruzarse con ella sin darse cuenta de que es ella. Si tiene una fotografía con un buen parecido y se ha grabado usted su imagen en la mente, la reconocerá cuando la vea. Una vez le ha sido presentada la naturaleza de la mente y usted la ha reconocido, ya tiene la llave para volverla a reconocer. Pero, tal como debe llevar la fotografía encima e irla mirando de vez en cuando para estar seguro de reconocer a la persona que va a buscar al aeropuerto, también ha de profundizar y estabilizar constantemente su reconocimiento de la naturaleza de la mente por medio de la práctica habitual. Y entonces el reconocimiento llega a estar tan arraigado en usted, a ser tan parte de usted, que ya no necesita ninguna fotografía; cuando se ve a la persona, el reconocimiento es instantáneo y espontáneo. Así, tras una práctica sostenida del reconocimiento de la naturaleza de la mente, cuando amanezca la Luminosidad Base en el momento de la muerte, podrá reconocerla y fusionarse con ella[...] La demostración de si tenemos o no esta llave está en como contemplamos nuestros pensamientos y emociones cuando surgen; en si somos capaces de penetrarlos directamente con la Visión y reconocer su naturaleza de luminosidad inherente, o si por el contrario, la oscurecemos con nuestras reacciones instintivas acostumbradas.

Sogyal Rimpoché