Camino

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domingo, 11 de septiembre de 2011

Orar con San Ignacio de Loyola, distintas formas (I parte)

1. ACTITUDES FUNDAMENTALES
1. PREPARACION
Tranquilizarse, relajarse. Se puede hacer escuchando música suave, fijando la vista en un objeto
de la habitación, mirando por la ventana, sintiendo los latidos del corazón, paseando, leyendo
un poema, etc. A medida que el espíritu se va caminando, ir pensando tranquilamente qué voy a hacer, el Señor me espera, etc. (Esta preparación se hará siempre que se empiece una oración).
1. Preparar el material necesario: Aquí será coger una lista o un texto sencillo que exprese
actitudes fundamentales cristianas. Citemos algunos ejemplos: las Bienaventuranzas, los Diez
Mandamientos, un texto preparatorio de una liturgia penitencial o (cualquier texto antiguo o
moderno en que se revisen aspectos básicos de la vida cristiana, etc.
2. Oración preparatoria: Pedir a Dios luz para comprender el mensaje que se me dirige y fuerza
para cambiar en mi corazón y en mi vida aquello que me aleja de Jesús.
2. ORACION
Leer todo el texto despacio. Una vez leído, empezar por cada uno de los puntos e ir viendo
cómo los vivo en mi vida. Considerar que la acción de Dios, y por lo tanto su liberación, abarca
toda la persona: mis pensamientos, los sentidos, la manera de relacionarme con los demás, con
Dios...
Cuando se detecta una falta, conviene considerar lo contrario. Por ejemplo, si pretendo imponer siempre mi voluntad a los demás, pensar cómo cambiaría mi vida si los escuchara más.
Dar gracias a Dios por todo lo bueno que hay en mí y pedir perdón y fuerzas para modificar en
mi vida lo que me esclaviza. Y esta acción de gracias y este arrepentimiento hacerlos en diálogo
con el Señor. No se trate de angustiarse por lo que no funciona en mi vida, sino de tener un
diálogo con Dios sobre ella.
3. EXAMEN
Dar gracias a Dios por la actitud más positiva de mi vida y pedir perdón por la más negativa.
Revisar cómo ha ido la preparación, qué me ha ayudado más, etc.

2. CONTEMPLACION DE LA PALABRA
1. PREPARACION
Tranquilizarse, relajarse. Se puede hacer escuchando música suave, fijando la vista en un objeto
de la habitación, mirando por la ventana, sintiendo los latidos de¡ corazón, leyendo un poema,
paseando, etc. A medida que el espíritu se va calmando, ir pensando tranquilamente qué voy a
hacer, el Señor me espera, etc.
1. Preparar el material necesario: Es muy sencillo. Simplemente se trata de tener presente (de
memoria o bien escrita delante) una oración hecha. Por ejemplo, el Padrenuestro, el Avemaría,
un Salmo, la letra de un canto, o cualquier oración antigua o moderna.
2. Oración preparatoria: Una oración breve y sencilla dirigida a aquel a quien se quiere dedicar
este momento. Por ejemplo, si la oración escogida es el Padrenuestro, al Padre.
2. ORACION
Cerrando los ojos o bien mirando un objeto fijamente, empezar con la primera palabra de la
oración escogida. Por ejemplo, Padre. Considerar esta palabra el tiempo que haga falta, dejarse
llevar por todo aquello que va evocando en mi interior (significados, comparaciones, recuerdos,
sentimientos ... ). ¿Qué significa para mi ser hijo de Dios? ¡Qué cercano lo siento! Una vez
terminado esto, continuar: Nuestro, también de los demás, ¿Me siento realmente hermano de
los demás?, etc.
No hay que tener prisa. Cuando encuentres una palabra que te interpela, quédate en ella, y
cuando acabes continúa con la siguiente. Si terminas una oración y quieres seguir, coge otra.
Piensa que si no has sentido nada especial has pasado aquel rato orando con toda la Iglesia ¡que
dice y ha dicho tantas veces esta oración!
Ir terminando queriéndose identificar con la persona a quien se ha dirigido la oración.
3. EXAMEN
Ver si he hecho bien la preparación. Recordar qué actitud ha brotado más espontáneamente en
este tiempo: acción de gracias, alabanza, petición, arrepentimiento... ¡y dar gracias a Dios por
ella!

3. SENTIR A DIOS EN LA RESPIRACION
1. PREPARACION
Tranquilizarse, relajarse. Se puede hacer escuchando música suave, fijando la vista en un objeto
de la habitación, mirando por la ventana, sintiendo los latidos del corazón, leyendo un poema,
paseando, etc. A medida que el espíritu se va calmando, ir pensando tranquilamente qué voy a
hacer, el Señor me espera, etc.
1. Preparar el material necesario: Es muy sencillo. Simplemente se trata de tener presente (de
memoria o bien escrito delante) una oración hecha. Por ejemplo, el Padrenuestro, el Avemaría,
un Salmo, la letra de un canto, o cualquier oración antigua o moderna.
2. Oración preparatoria: Una oración breve y sencilla, dirigida a aquel a quien se quiere dedicar
este momento. Por ejemplo, si la plegaria escogida es el Padrenuestro, al Padre.
2. ORACION
Es una oración que acompaña a la respiración. Si tomamos del Padrenuestro la primera palabra
«Padre» la vamos pronunciando mientras dura el tiempo de la inspiración a la expiración.
Haciéndolo lenta y rítmicamente. Después la segunda palabra «nuestro», etc. Se trata, pues, de
orar siguiendo el ritmo de la respiración.
Es más parecido a un canto que a una oración reflexiva. Ayuda a irse identificando, con toda la
persona, con este Dios sencillo y afectuoso que quiere entrar en contacto con nosotros. Va bien
cuando se está cansado y con pocas ganas de reflexionar.
Ayuda pensar que cuando inspiramos entra el oxígeno (Dios) y cuando expiramos sale lo que
nos esclaviza. La oración es la respiración del espíritu.
3. EXAMEN
Ver cómo ha ido la preparación, qué me ha ayudado más, etc. Recordar qué sentimiento hacia
Dios: filiación, agradecimiento, arrepentimiento, pequeñez, gozo, etc. ha quedado en mi
interior. ¡Y dar gracias por ello!

Extraido del Libro: "ORAR CON SAN IGNACIO DE LOYOLA"
Pere Borràs, sj.(este libro puede conseguirse en pdf)

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