El maestro Fuyo Dokai escribió en su poema testamentario dirigido a sus discípulos:
"Durante vuestra vida, no caigáis en la adoración del paraiso celestial.
Después de la muerte no temáis al infierno.
Tended la mano y extended el cuerpo más allá de los tres mundos.
Seguid siempre el orden cósmico sin apegaros a nada"
Cuando él se concentra contemplando el color a través de su cuerpo y mente, cuando él se concentra escuchando el sonido a través de su cuerpo y su mente, aunque lo comprenda total e íntimamente, no es como el reflejo de una imagen en el espejo, ni como el reflejo de la luna en el agua, si no se mira más que un lado, el otro seguirá oculto.
[...]
Actuar sin meta ni actitud de provecho es la actitud exacta. Aquí y ahora hemos de encontrar al Buda o a Dios en nosotros mismos, convertirnos en el Buda.[...] La verdadera libertad existe en nuestra mente más allá del Dios o del Buda. A cada instante hemos de crear de una manera fresca la verdadera sabiduría.
[...]
Un día , mientras Kyogen barría el jardín que había frente a una ermita en la montaña, una priedrecita golpeó una caña de bambú. Con el sonido, despertó y obtuvo el satori.
Escribió entonces un poema:
"Por un golpe, por el sonido de una piedrecita,
Por el sonido de una caña de bambú,
Lo he olvidado todo. He puesto fin a toda la inteligencia que llenaba mi cerebro.
Mis complicaciones se han extinguido."
[...]
Poned toda la atención en vuestra Vía, sin imitar a los demás ; vuestra vía es única y vuestro karma también; tampoco intentéis imitar al Buda ni a Cristo, seguid sus enseñanzas, comprended la esencia, la profundidad y el alcance, y crear vuestra propia y verdadera vía, en función de vuestra vida.
"El tesoro del zen" Taisen Deshimaru
Editorial Oniro
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