Del silencio se eleva el espíritu inmortal. Silenciosa, la conciencia eterna sigue existiendo, antes del nacimiento, después de nuestra muerte. Ser silencioso es volver al origen de la naturaleza humana. Recurrir al silencio, después a partir del silencio hablar. La palabra se hace profunda, la palabra justa.
Todos los grandes de la humanidad nos dicen que para ir más allá de sí mismo, hay que saber crear silencio en sí mismo, que para sanar el espíritu ante todo hay que calmar lo que en el zen se llama el caballo desbocado, se trata de montar sobre el tigre, el tigre de nuestro espíritu que, si no lo montamos, nos devora. Así en el silencio reencontrado en sí mismo somos unos con la energía que anima el cosmos y nos mueve. El silencio escucha en lo más profundo de nosotros mismos, es una comunión con lo invisible.
Extraido del libro "zen y cristianismo. La enseñanza del mastro Deshimaru"
Quiero compartir a través de este blog algo de mi búsqueda espiritual. Publicaré escritos, frases, imagenes, que me ayudan a crecer en ese camino, y en algún momento incluso mis propias conclusiones y opiniones.Mi fe es la cristiana, mi formación es católica, mi gran referencia es Jesús. Pero en este camino de búqueda espiritual voy apoyándome también en toda una serie de disciplinas, prácticas y pensamientos que nos regala oriente para crecer interiormente, y despertar a nuestra Luz interior.
Camino

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